• 19 de abril de 2024 16:21

ESET pide precaución con los amores online de primavera

Ha llegado la primavera, los pájaros cantan, el sol brilla y se respira ganas de dar paseos, de disfrutar de terrazas al aire libre y de descansar. Y sin saber muy bien por qué, el ser humano siente que es la época para buscar pareja, de cualquier tipo. Porque, como dice el refranero español, “la primavera, la sangre altera“. Desde la llegada  de Internet y las redes sociales, esa labor es más sencilla. Como sencillo es que los timadores, los spammers y los hackers nada éticos aprovechen esta circunstancia y este momento de debilidad del hombre (y la mujer) para lanzar anzuelos online, con la esperanza de disfrutar de una buena pesca de víctimas a las que sacarles algún beneficio económico. Desde ESET España queremos prevenir a los internautas sobre los riesgos de esta época del año y los “ligues“ de la Red.

La evolución de las rusas en las redes sociales.
Hace unos años se descubrió la estafa de las rusas en la Red, que consiguió –todo hay que decirlo- muchas víctimas que, tras haber pensado que habían ligado con una escultural rubia se quedaron, de la noche a la mañana, sin chica y sin el dinero que le habían transferido para venir a España o para ayudar de forma urgente a la familia rusa. Eso sí, las chicas nunca hablaban bien español –o no lo hablaban en absoluto, hecho que tampoco sorprendía a nadie- y tenían en común que tras ver el perfil del internauta en cualquier red social se habían enamorado perdidamente.

El objetivo de esta estafa eran claramente varones, de edad media, con un nivel de usuario de la Red y nada más. Por cierto, que las rusas podían serlo de verdad o tratarse en realidad de un coreano en su oficina. El método más común de contacto era el correo electrónico, que habrían conseguido con anterioridad gracias a programas automáticos de rastreo de Internet.

Con el paso del tiempo, la oferta de relaciones estables a través de la red evolucionó -ampliando el objetivo también a las mujeres- de la misma manera que los modos también se adaptaron a los nuevos tiempos. En este caso era un sujeto bien parecido, de edad mediana, con buena posición económica e inglés o francés. Y de nuevo, muchas víctimas cayeron en la estafa de Cupido.

Esta estafa sigue estando vigente a día de hoy, aunque ha variado la metodología. Ahora lo más común es el contacto vía redes sociales con un español más que dudoso donde se informa al receptor que quiere comunicar con el usuario ya que le ha gustado su foto, o porque lo que dice es muy interesante o simplemente porque busca establecer lazos en nuestro país.

Dado que las redes sociales son un caldo de cultivo más que adecuado para establecer lazos de amistad y ya que los internautas hablamos y contactamos con gente que ni siquiera conocemos, no dudamos en contestar abriendo el camino para la estafa, que puede darse de diferentes maneras: consiguiendo granjearse la confianza del receptor y pidiéndole una cuantía económica en algún momento para un fin más que dudoso o bien intercambiando un vídeo divertido que, en realidad, descarga algún tipo de aplicación maliciosa.

 

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De anuncios de contactos y fabulosos amantes.
Desde que Internet ha sustituido a la página de contactos de los periódicos, han proliferado enormemente los anuncios de hombres y mujeres que buscan aventuras pasajeras o romances duraderos. Son bien conocidos los portales de contactos, que han nacido para facilitar este tipo de relaciones, pero realmente se pueden encontrar en cualquier foro, sitios de anuncios o redes sociales.

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El problema con este tipo de contactos es el mismo que había con la sección de clasificados, pero aumentado, porque Internet permite mantener una relación virtual en el tiempo de forma que el estafador puede granjearse nuestra confianza, mientras que la única vía posible de los anuncios antiguos era el encuentro físico. Además, cuando alguien busca una relación –o una aventura- existe una predisposición a correr el riesgo de conocer a alguien totalmente nuevo, situación que puede llevarnos a más de una sorpresa desagradable.

De nuevo, los timos y las estafas proliferan en este tipo de contactos, sin que muchas veces puedan ser denunciados por temor a ser descubiertos en nuestras aventuras extramaritales.

Los pederastas y los menores.
Caso similar sucede con los menores y los pederastas, que se hacen pasar por chicos o chicas de la edad de su objetivo para granjearse su confianza a través de las redes sociales. Son capaces de camuflar su verdadera identidad incluso en la forma de expresarse, y siempre intentan llevarse al menor a su terreno para conseguir material sensible e incluso quedar físicamente.

En otras ocasiones, y también bajo la apariencia de una atracción física, intentan sonsacar información al menor con diferentes objetivos: dirección y hábitos de sus padres, datos financiero y otos datos confidenciales. El fin último es siempre el mismo: bien conseguir un contacto íntimo con el menor, bien información suficiente para llevar a cabo fechorías, timos u otras estafas.

Ningún antivirus protege contra las estafas.
Ningún antivirus previene de este tipo de estafadores, así que lo mejor es estar siempre alerta en las redes sociales, no establecer contacto con gente que realmente no conocemos, sobre todo si la iniciativa viene de la otra parte, y desconfiar de los amores a primera vista.

Y puestos a buscar cualquier tipo de relación, mejor acudir a un portal especializado en el que no se puede garantizar la exención de riesgo pero, al menos, tendremos la situación algo más acotada y controlada.

Ante cualquier sospecha de timo o estafa, nuestra recomendación siempre se encamina a la denuncia a las autoridades pertinentes. De esta manera estaremos contribuyendo a que otros se conviertan en víctimas pasando a engrosar la lista de afectados de este tipo de usuarios maliciosos de Internet.